sábado, 3 de noviembre de 2012

ACERCA DE LA CRONOLOGÍA DE LAS IMÁGENES DE LA ANTIGUA HERMANDAD DEL DULCE NOMBRE DE JESÚS


Publicado en Diario de Jerez, Jerez de la Fra., 3 de Noviembre de 2012, p. 51.

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La cofradía del Dulce Nombre de Jesús fue una de las hermandades penitenciales más antiguas de Jerez. Vinculada en origen a la colonia genovesa de la ciudad, fue fundada en el Convento de San Francisco, pasando con posterioridad al desaparecido Hospital de Santa Catalina. Allí fueron aprobadas sus primeras reglas en 1555. Poco después, hacia 1560, parece que se trasladaría a la que sería su sede definitiva, el Convento de Santo Domingo.

Desde sus inicios su salida procesional se llevaba a cabo cada Jueves Santo. No sabemos con seguridad cómo estaba constituido este cortejo durante el quinientos y el seiscientos pero sí contamos con el testimonio de mediados del siglo siguiente del historiador Bartolomé Gutiérrez. Éste nos cuenta en 1755 que “De Santo Domingo sale la de Jesus Niño con la Cruz al hombro, y San Vicente Ferrer de Penitencia, la Imagen de Maria Santísima de la Confortacion, y un hermoso Angel de estatura natural, acompañandola y confortandola”. Tras el decreto de supresión de todas las cofradías de penitencia locales en 1771, la procesión seguirá saliendo a lo largo del primer tercio del siglo XIX, tras lo cual caerá en un total olvido. No será hasta 1943 cuando se cree la actual hermandad de la Oración en el Huerto, que vino a recuperar el culto a dichas imágenes.

Respecto a la autoría y cronología de estas tallas, han sido diversas las opiniones que se han emitido, carentes con frecuencia del más mínimo fundamento documental y formal. A nivel cofradiero, se sigue insistiendo en nombres como el de la popular Luisa Ignacia Roldán (1652-1706) para el Dulce Nombre y el Ángel Confortador o el de Jacinto Pimentel (muerto en 1676) para la Dolorosa. Para el San Vicente Ferrer hay quién incluso retrotrae su creación a la figura de Gaspar Nuñez Delgado (muerto en 1606). Nada de ello responde a la realidad que nos muestran la documentación y el análisis estilístico. Nuestras investigaciones demuestran, de hecho, que todas ellas son obras posteriores a los referidos artistas.

Recientemente, hemos podido fechar la ejecución y una temprana restauración del titular, el Dulce Nombre de Jesús, gracias al descubrimiento de un legajo con cuentas de la hermandad correspondientes al siglo XVIII y principios del XIX conservado en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla. Mediante esta fuente sabemos que en 1780 se hizo “un Niño Jesus nuebo con Peana dorada”, que puede identificarse con el actual. Aunque se omite el nombre del imaginero, su cronología y estilo hace que nos hayamos decantado por considerarla obra próxima a Jacome Vacaro (h. 1734-1801), escultor genovés afincado en Jerez por ese tiempo. Viene a incidir en esta teoría el hecho de que sepamos por el mismo documento que en 1803 sufrió una restauración por el hijo del anterior, Pedro Vacaro.

Asimismo, hemos dado a conocer hace unos meses que el San Vicente Ferrer Penitente se realizó en torno a 1731, como consta a través del testamento de Lorenzo Joaquín de Villavicencio, primer marqués de Casa Villavicencio. Esta localización temporal viene a dar mayor fundamento a lo que una parte de la historiografía más seria defiende respecto a la paternidad del jerezano Francisco Camacho de Mendoza (1680-1757) sobre esta excelente pieza.

En cuanto al singular grupo de la Virgen de la Confortación y el ángel, publicamos ahora información inédita como antesala de un estudio más extenso que sacaremos a la luz próximamente. De nuevo, son las aludidas cuentas las que nos suministran nuevos datos. De este modo, puede confirmarse que entre el 19 de Marzo de 1722 y el 31 de Abril de 1725 se llevó a cabo “el retablo de la Madre de Dios y Angel”, así como dichas imágenes. El retablo, uno de los dos altares laterales que aún se conservan en su capilla, costó 995 reales. El espléndido ángel ascendió a 735 reales, a lo que hubo que sumar 375 por su policromía. Finalmente, la Virgen ascendió a 240 reales. Tenemos que advertir sobre la misma que no aparece referida con la advocación con la que luego será más conocida, sino con la de la “Concepción”. Curiosamente, ya en el siglo XIX volvió a alterar su título por el “de la Compasión”, como indica un inventario incluido dentro del mismo legajo. Lamentablemente, no se refleja en las cuentas el autor de este grupo escultórico. El hecho de que figuren juntos los pagos por ambas figuras y que estas se hicieran en un mismo lapso temporal puede llevar a suponer que fueron talladas por un mismo artista. Es posible pensar en alguno de los dos más importantes imagineros del Jerez del momento, como son Diego Roldán y, muy especialmente, Francisco Camacho, quien, como hemos dicho, pudo hacer el San Vicente de la misma cofradía. En cualquier caso, las desafortunadas restauraciones que sufrieron en el siglo XX dificultan su estudio, por lo que preferimos no entrar, por ahora, en mayores precisiones. Quede constancia, no obstante, de estos nuevos datos, que obligan a rechazar fantasiosas atribuciones y a plantear nuevas hipótesis de mayor base científica.



FUENTES: Archivo Histórico Provincial de Sevilla, Real Audiencia, leg. 29668, exp. 2. GUTIÉRREZ, B.: Año Xericiense., Sevilla, 1755, p. 134. VV.AA.: La Semana Santa de Jerez y sus cofradías. Jerez, 1995-1999, tomo I, pp. 203-217 y tomo II, pp. 344-347. MORENO ARANA, J.M.: “El escultor Francisco Camacho de Mendoza y su obra para el coro de la Parroquia de Sta. Mª de la Asunción de Arcos de la Fra.”, Laboratorio de Arte, nº 24, tomo I, Sevilla, 2012, p. 342. IDEM: “La Impronta Genovesa en la Escultura Jerezana de la Segunda Mitad del S. XVIII”, Revista de Historia de Jerez, n° 16-17, Jerez, 2012, p. 21.

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